La Escuela Freudiana de París o la reinvención por Lacan de la formación psicoanalítica

A cargo de Manuel Hernández

Cuando Lacan fundó la EFP en junio de 1964, lo hizo en respuesta a la mayor crisis en la historia del movimiento psicoanalítico. Fue incluso más grave que las Grandes Discusiones de la Sociedad de Londres, que enfrentaron a Melanie Klein con Anna Freud, sus respectivos seguidores, y el Middle Group; esta crisis no fue tan seria pues, tras esos debates, la IPA no se fragmentó ni cambió en nada su funcionamiento.

En cambio, la salida de Lacan de la IPA no sólo dejaría huellas indelebles entre los lacanianos, sino que transformó profundamente al sistema de entrenamiento de la IPA. El núcleo de ese debate fue, sin duda, la formación psicoanalítica.

Es por eso que la finalidad propia de la creación de la EFP fue precisamente ésa: dar una respuesta completamente nueva a la problemática de la formación de psicoanalistas.

Durante el debate con la IPA, que duró de 1953 a 1963, las sesiones de tiempo variable en los “análisis didácticos” habían encendido la mecha, pero la pólvora estaba en el profundísimo cuestionamiento de Lacan a todo el sistema de formación analítica existente, que traicionaba el filo y la verdad de la praxis inventada por Freud. A su vez, la IPA ponía en cuestión su valía como didacta.

Una vez que la crisis explotó y quedó fuera de la IPA, Lacan no dio por sentada su autorización para enseñar psicoanálisis y se vio ante la necesidad de proponer una nueva modalidad de comunidad analítica que respondiera oportunamente a la formación analítica tal como él la consideraba conveniente. Basta con leer los primeros tres párrafos del Acta de Fundación de la EFP para comprobarlo: el sentido de la Escuela que fundaba era responder pertinentemente al problema del surgimiento de nuevos psicoanalistas.

Por eso, es indispensable comenzar a hacer ya el contraste del modelo de la IPA con las propuestas que Lacan inventó en la EFP, y con la EFP.

En ello se juega nada menos que el sentido mismo de “ser lacaniano”.