Cuadernos de Psicoanálisis CLAROSCURO

Este número surge de un dispositivo de lectura que antecede la propuesta de un “lectorio”, pues se realiza “con” con Goerges-Henri Melenotte como invitado y con quien se gesta esta escritura.

LECTORIO es otro de sus dispositivos para interrogar lo que se lee, en dónde se lee, así como los modos y los efectos que producen en el lector una escritura en cada claroscuro.

Aborda desde el teatro, la filosofía y la teoría queer la figira de Antígona en la lectura de Lacan.

Como un “efecto campo”, un claroscuro entre la filosofía, los gay and lesbians studies, la teoría queer y el psicoanálisis. En esos cruces interesa delinear cómo la experiencia analítica plantea una manera propia y singular de acoger síntoma y la locura, a la vez que denunciar la manera en que cierto psicoanálisis participa en el discurso de la biopolítica y el biopoder mediante la psicoapatologización.

En el 2009, en Costa Rica, se abre viveros ediciones en un lazo editorial con la École Lacanienne de Psychanalyse. Viveros crea como vivar un espacio en el que habiten diferentes especies, como en el viveral germinan, fructifican y se trasplantan esas especies. Vivero ediciones aloja el cruce de propuestas de diversos campos que traspasan umbrales al ser acogidas por cada lector. Entre ellas alberga el cuaderno CLAROSCURO, el que publica anualmente. Su dispositivo inicial fue “…poner algo de su parte”, dispositivo que sostiene tanto como facilita el carácter erótico de la lectura y de la escritura. Asimismo calibra la distribución de la luz en la imagen o el cuadro a través de la combinación de trazos en los que la sombra se confronta con el resplandor y permite el reenvío de problemáticas entre campos, sin que se recubran o se eclipsen.

Este cuaderno surge del coloquio Racines a nu, realziado por la école lacanienne de psychanlayse, en París, en 2011. Su nombre viene de actualizar la obra de Lacan, sin quedarnos en su leyenda o en el lazo vida-obra sin la muerte del autor o el duelo por la muerte del psioanalista y la escritura de su obra.

En la exploración se producen ciertos reenvíos en un “efecto vivero” que no ignora la “pérdida de sí” como un ejercicio que aleja de cualquier patologización y que requiere una des-identificación así como una des-traducción del sujeto en relación con la figura erótica de un sujeto del inconsciente, del equpivoco, que debe ser construida desde su deseo.