EL AMOR LACAN de Jean Allouch

EL AMOR LACAN de Jean Allouch 

A cargo de Diego Garcia 

Fecha: 10 de agosto de 2024

Lugar: Facultad de Humanidades y Artes, Aula 40 – 3° piso, Nodo Central (Entre Ríos 758 – Rosario, Santa Fe)

Hora: 10:30 hs (Argentina)

Organiza: Centro de Estudios en Psicoanálisis, Lógica y Topología (Facultad de Psicología, UNR)

Convocan: Héctor Franch (psicoanalista) – Martín Boselli (psicoanalista)

ACTIVIDAD PRESENCIAL NO ARANCELADA

Jean Allouch tuvo una manera de leer a Lacan que hizo Escuela: no limitarse a repetir los jingles, los lugares más comunes de su enseñanza (que, en muchos casos, se han vuelto consignas, slogans, frases canónicas), sino avanzar sobre pequeñas cosas que Lacan dijo, a veces como al pasar, pero que luego son retomadas o modificadas de manera silenciosa, sin previo aviso. Lo que podemos llamar su estilo es ir siguiendo ese derrotero de proposiciones, señalando las contradicciones, los cambios de rumbo, los giros en la enseñanza de Lacan que hacen que —como Lacan mismo decía— no se pueda tomar ninguna de sus fórmulas como definitivas (1).

El amor Lacan es ejemplar en ese punto. Existen, cuanto menos, dos maneras de abordar este libro. Por un lado, es posible servirse de él para conocer los diferentes modos en que Lacan consideró el tema del amor a lo largo de sus casi treinta años de enseñanza. Allouch se dedica a señalar, en los distintos seminarios, escritos e intervenciones, qué dijo Lacan acerca del amor, partiendo del hecho de que, obviamente, no dijo siempre lo mismo; dijo en ocasiones cosas contrapuestas entre sí, mantuvo algunas posiciones acerca del amor y modificó la mayoría de las que, en algún momento, pudieron considerarse verdades absolutas. Por ejemplo, ¿el amor es imaginario o simbólico? ¡Lacan dijo las dos cosas! ¿El amor es una pasión? ¡Lacan dijo que sí y que no! ¿El amor es un acto? ¡Lacan dijo que sí y que no! ¿El amor es un pacto? ¡Lacan dijo que sí y que no! ¿Es un don o no es un don? ¡Lacan dijo ambas cosas! ¿El amor apunta al ser? ¡Afirmó una cosa y la contraria! ¿El amor es radicalmente distinto del deseo? En algunos momentos sí, en otros los aproxima al punto de confundirlos.

Entonces, afirma Allouch, confeccionar «una lista alcanzará para que de ahora en adelante ninguna sea posible de ser considerar LA fórmula lacaniana del amor» (2). Y conocemos muchas de esas fórmulas que se han querido presentar como LA fórmula: «Amar es dar lo que no se tiene», «El goce del cuerpo del Otro no es signo de amor», «El amor es un cambio de discurso», «El amor son dos decires a medias que no se recubren», «La transferencia es el amor», etc. Lo que tenemos, en todo caso, son algunas vérités (3) para dar cuenta de las variaciones que ha tenido el tema del amor en Lacan (al estilo de una variación musical sobre un tema dado).

Por otro lado, y es el aspecto en que nos centraremos, con este libro Jean Allouch muestra que no hay una teoría del amor en Lacan; que lo que se desprende de todas esas variaciones acerca del amor no es una teoría (lo que haría del amor un concepto), sino una figura. Una figura inédita, nueva, del amor, que está en Lacan, y que Allouch llamará el amor Lacan. No se va tratar entonces, y es importante diferenciar esto, de la teoría del amor de Lacan, del amor según Lacan, el amor para o en Lacan, sino de el amor Lacan como figura (en el mismo sentido que el amor romántico, el amor platónico, el amor loco de los surrealistas, el amor eterno, son figuras del amor). Es decir que, en el lugar donde tenemos todos estos adjetivos que designan una figura del amor, Allouch coloca un sustantivo propio; el nombre propio de Lacan (no se trata entonces tampoco del amor lacaniano, sino del amor Lacan; una figura del amor que está intrínsecamente ligada a su nombre e, incluso, a su persona).

El amor que no se obtiene será, a partir de un testimonio de Philippe Sollers, lo que Allouch va a llamar amor Lacan. Y ese amor que no se obtiene tiene que ver con el análisis o, al menos, un análisis permitiría poner en juego un amor de ese tipo; obtener un amor que no se obtiene. Intentaremos desplegar estas cuestiones deteniéndonos en los rasgos de esta figura del amor que delinea Allouch: «Es amado, pero no por ello con un amor que pudiera atentar contra su no menos preciosa soledad [el análisis no tiene nada que ver con la dependencia, ni siquiera con la dependencia amorosa; resguarda la soledad del analizante ante todo]. Amado [por el analista se entiende] podrá sentirse no amado [por el analista]. No amado [por el analista], podrá sentirse amado [por el analista]» (3). ¿En qué punto? En el de obtener del analista lo que sólo puede obtener a través de esa experiencia amorosa del análisis: el amor que no se obtiene.

Notas

(1) Citado en J. Allouch, Freud, y después Lacan, Córdoba, Edelp, 1994, p. 15.
(2) J. Allouch, El amor Lacan, Buenos Aires, El Cuenco de Plata, 2011, p.14.
(3) Neologismo de Lacan que condensa verdad (vérité) y variedad (variété), y que se tradujo al español como «varidad».
(4) J. Allouch, El amor Lacan, Buenos Aires, El Cuenco de Plata, 2011, p.10.