El patriarcado: una excitante construcción masculina

Andamiajes lacanianos nómades (on line)
Eduardo  Bernasconi     Stella  Ocampo

Sábado 4 de diciembre, 13hs:
Susana Bercovich
El patriarcado: una excitante construcción masculina

Los cuerpos de las brujas quemadas se escuchan

crepitar en los noticieros informativos.

Starhawk[1]

Lo que ocurre es recibido según las narrativas y los sistemas del momento; a su vez, esas narrativas crean lo que ocurre. Los acontecimientos no son más que la historia de sus recepciones o de sus transmisiones.

En “Estudios sobre la histeria”: Antes las quemaban en la hoguera, ahora, en nuestra moderna época ilustrada, las histéricas reciben el anatema de ridículas y embusteras.

Algún Freud perdió vigencia y otro va muy por delante de su tiempo y del nuestro. En cuanto a Lacan, presenta una ambigüedad encantadora: no sabemos si es un dandy heterosexista o una feminista de primera línea.

“El sexo es performativo, no ontológico.” Aquí ambos se encuentran con Judith Butler, y con tantos otros que aportan a desnaturalizar las identidades.

Las jerarquías sexuales engendran y se reproducen en las jerarquías sociales. Penetrador-penetrado, actividad-pasividad, construyen luego la masculinidad y la feminidad. Los fantasmas culturales se vuelven reales. El patriarcado es acaso la realización de una fantasía sexual masculina.

¿Contribuyó el psicoanálisis a una versión androcentrada del mundo? Sí. ¿Contribuyó a deshacer los imaginarios masculinos? También.

Ce qu’il y a de plus fameux dans l’Histoire, à rester des femmes, c’est à proprement parler tout ce qu’on peut en dire d’infamant. (Risas)  J. Lacan 13-3-73.

[1] Citado por alguien en Place Publique, 2019.

Imagen: Autorretrato de Francesca Woodman