¿Lacan con Benjamin?
Conversatorio
Fecha tope
30 noviembre 2018 - Montevideo
A cargo de: Helena Maldonado
Coordina: Fernando Barrios
Leer a Walter Benjamin, quien fuera uno de los pensadores más prolíficos de su tiempo, es una tarea que hace posible replantearse algunas problemáticas propias del campo psicoanalítico. Si bien los intereses de Benjamin fueron muchos y muy diversos, hay sin embargo, varios puntos que bien pueden ser de incumbencia a la experiencia del psicoanálisis.
El primero, el más evidente, es la noción de experiencia. Benjamin dedicó muchos textos a este problema. Intentaba desprenderla de los planteamientos kantianos que la reducen a ser un evento controlado de laboratorio, consideraba indispensable plantearse seriamente, desde la filosofía, problemas como la lectura del café o la lectura del tarot, el sueño y la locura (entre sus libros había un ejemplar de las memorias del presidente Schreber. Benjamin decía que era uno de sus textos favoritos) y, sólo al plantear la experiencia desde un lugar distinto al kantiano, podrían abrirse brechas para que estos acontecimientos, que habían quedado relegados al campo de la superchería, tuvieran lugar.
¿Y la experiencia en el análisis? ¿Podría ser, siguiendo el método del montaje en Benjamin, que esta nueva brecha, nos mostrase algo de la experiencia en el análisis?
Lacan utiliza este término todo el tiempo, enfatiza que el psicoanálisis es ante todo una experiencia. Pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de experiencia en análisis?
Benjamin estaba muy familiarizado con el psicoanálisis, había leído a Freud y había, incluso, hecho uso de la forma en cómo éste último plantea la escritura y la lectura del sueño como un jeroglífico. Benjamin también tenía en el centro de su pensamiento la noción de lecto escritura.
Benjamin era un pensador diferente, al margen de los filósofos de su época, pero no porque su trabajo fuera menos importante, todo lo contrario. Más bien, era un personaje singular, solitario y melancólico, siempre al margen de las instituciones y muy conciente de su época.
Fiel a su pensamiento, no duda en incorporar elementos heterogéneos y aparentemente contradictorios. Su forma de trabajo es por momentos caótica, puesto que va desde la mística judaica al marxismo, pasando por la literatura y los niños, el arte, la tecnología y la política.
Horrorizado, pero también fascinado por el advenimiento de la modernidad, seguido se dejaba engullir por las grandes urbes, sobre todo París, como si de monstruos hambrientos se tratara.
Estas inmersiones en las grandes urbes, hicieron posible que se planteara la modernidad como un sueño. La pregunta entonces era ¿Cómo despertar de estos sueños colectivos?
Para Benjamin era urgente, fabricar nuevas herramientas de trabajo que permitieran un despertar de la modernidad porque ésta hipnotiza y adormece, al mismo tiempo que lentamente mata.
Este despertar, no podría plantearse en Benjamin, más que desde un minucioso y detallado trabajo de lecto escritura, parecido o análogo, por muy disparatado que parezca, a la labor del coleccionista, del historiador, del psicoanalista o del alfarero. Suena disparatado, pero con Benjamin es posible.
¿Podría el psicoanálisis también nutrirse de estos planteamientos?, ¿también podríamos hablar de un cierto despertar?, ¿la experiencia del análisis como un despertar? Sin que esto quiera decir que exista un estatuto más real o verdadero que el estatuto del sueño. Benjamin pensaba más bien en la importancia de los umbrales, el estadio intermedio, el pasaje, el tránsito. Es decir, el movimiento. Trataba entonces de umbralar el sueño y también de umbralar la vigilia.
Con Lacan sabemos muy bien que los dualismos no operan más y que hay una extimidad muy peculiar que Benjamin también había explorado con su método dialéctico.
Estos son algunos de los elementos en Benjamin, que son análogos a ciertos planteamientos en Lacan, pero hay muchos más. Leer a Benjamin es una experiencia en sí misma porque es fácil extraviarse en el laberinto que nos legó, pero el extravío es parte fundamental del método benjaminiano, hay que dejarse tomar por el caos.
La propuesta es abrir un espacio donde podamos conversar a partir de algunas de las líneas que he trazado aquí, la pertinencia de leer a Lacan con Benjamin.
Todas las fechas
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30 noviembre 2018
INFORMACIONES COMPLEMENTARIAS
Viernes 30 de noviembre 19:00 horas.
Colección Engelman-Ost
Avda. Gral Rondeau 1426, Montevideo.