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Recorrido, síntoma

Seminario


Fecha tope

28 octubre 2017 - Ciudad de México

a cargo de Patricia Janody

Organizado por: Me cayó el veinte

Argumento: 

Un clínico se compromete, más o menos a ciegas, en un campo que le pre-existe y que admite designarse como el del síntoma. Un recorrido de un clínico empieza por percatarse de su enigmática insistencia, de su valencia perturbadora que echa por tierra las categorías comúnmente admitidas: cuerpo o pensamiento, emoción o comportamiento, fenómeno o acontecimiento… Es cierto que el término de síntoma hace mucho que no se restringe a un uso especializado; ha sido ampliamente adoptado como uno de los pivotes para leer el mundo tal cual es e, incluso, por todos, para leer los comportamientos de los vecinos.

La expansión del vocablo tiende a acompañarse inevitablemente de una reducción o de una codificación de la cosa. Semejante tendencia prevalece, hasta en el campo psiquiátrico, con una forma de conminación a aplanar y a enlistar las coordenadas sintomáticas, a cuantificar su evolución; y sin exagerar se puede calificar de anti-clínica a una corriente que se encarga de anular la especificidad de su propio campo. También vale la pena detenerse en lo elemental de este asunto, donde considerar que la perturbación del síntoma y la posición del clínico se inter-definen en función de lo que resiste a resolverse, a medirse, a explicarse.

La práctica se emprende según un ritmo particular donde el clínico, preocupado, se deja despistar por el síntoma más que mostrarse apto para despistarlo. La entrada declina hacia lo cotidiano del seno de las reiteraciones, quejas e impases que constituyen su carácter ordinario, al momento en que sobreviene un ligero movimiento, una vacilación que implica al clínico en un síntoma. Esta puesta en práctica no depende de una técnica entendida como un recurso cuyos procedimientos se administran a un objeto determinado para alcanzar una meta determinada sino, por el contrario, en un sentido donde “técnica” se desplaza, se modifica como un medio para abrir un nuevo espacio en el que el clínico deviene una parte constituyente. La dimensión de búsqueda inherente a la clínica se juega en ese terreno, que constituye la mayor herencia del psicoanálisis y que también, por su parte, requiere ser rebatida en cada ocasión.

A partir de eso, una cura se puede comprometer en su tensión fecunda, donde lo vivo de la práctica se encuentra siempre adelante de las nociones transmitidas y exige desde ahí su re-apropiación. Los pivotes de los síntomas logran volverse a poner en juego, muchas veces se desanudan, para, eventualmente, volverse a anudar de manera distinta.

La etapa terapéutica genera a su vez una forma de perturbación, al incitar al practicante a tomar parte en los debates y en las controversias de los resortes de la cura. La cuestión previa, la del terreno, no se agota por ese motivo. Apela incluso, y esta es la propuesta, a una etapa suplementaria de búsqueda clínica que desplegaría lo esperado.

El terreno clínico tiene entonces esta primera característica: la de ofrecerse como una puesta en movimiento en la que el síntoma adquiere forma, se plantea, hablando con propiedad, como síntoma. La operación no aporta ninguna ganancia explicativa, simplemente engendra un desplazamiento de directrices, de suerte que el proceso sintomático sobrepasa el orden de su presentación individual inicial. El pasaje se hace tan espontáneamente que puede pasar casi inadvertido en el curso de una cura. Sin embargo, vale la pena detenerse, tomar el tiempo para desplegar los hilos que transitan por el síntoma y que tocan, en suma, los registros colectivos. De tal suerte, mi trabajo de estos últimos años se ha construido mediante “zonas”, lugares de cruce que en tanto tales conllevan su parte de indeterminación.

Un proceso semejante se inicia a partir de la implicación de un clínico que se permite desplazar, por poco que sea, sus coordenadas particulares e involucrarse en este asunto sintomático. No se trata exactamente de convocar una parte de la historia personal, desde siempre enmarcada, sino más bien de circular en los márgenes de lo que puede hacer semejante historia, ya sea en la dimensión de lo íntimo en tanto que escapa y concierne a uno mismo. También el orden psíquico del clínico se altera. Esta travesía clínica se constituye, entonces, en una “zona”.

Estos entrelazamientos toman forma a medida que se construye un circuito clínico con las preguntas de transmisión que le son inherentes: que se trate de fragmentos de saber recibidos del paciente mismo y de sus capacidades de adivinación, que se trate de transmisión en el sentido familiar y, de manera más general, social. Las ramificaciones se esbozan en muchos niveles. Un terreno clínico se aprehende como el campo de expansión de un síntoma, desde el momento en que el practicante pone algo suyo. No es superponible a un terreno previamente delimitado, por definición está en devenir, en movimiento, siempre entre dos lugares. Proseguiremos juntos sobre estas y otras interrogantes que sólo se dejan abordar entre varios.

Bibliografía: 

Patricia Janody, Zona hermano, una clinica del desplazamiento, tr. Lucía Rangel Hinojosa con la colaboración de Gabriel Meraz, me cayó el veinte, México, 2017.

Patricia Janody, Hors Zone, une clinique de l’embranchement, Éditions Epel, Paris 2016.

Patricia Janody es psiquiatra, practica el psicoanálisis en París y coordina la revista “Nouveaux cahiers pour la folie”. Es autora de Constructions schizofrènes, constructions cartésiennes (Erès, 1988), La Répétion (Éditions de L’Olivier, 2002), Zona hermano. Una clínica del desplazamiento (me cayó el veinte, 2017) y Horz-Zone. Une clinique de l’embranchement (Epel, 2016).

 

Todas las fechas


  • 27 octubre 2017

    28 octubre 2017

INFORMACIONES COMPLEMENTARIAS


Ciudad de México 

Viernes 27 de octubre

Registro:
De 15:00 a 16:00 hrs.
Inicio:
De 16:00 a 19:00 hrs.

Sábado 28 de octubre

De 10:00 a 14:00 hrs.
De 16:00 a 19:30 hrs.

CAMBIO DE SEDE

AUDITORIO
Museo Casa de León Trotsky

Av. Río Churubusco 410, Col. Del Carmen,
Coyoacán, Ciudad de México

Aportación:

De esta fecha hasta al 31 de agosto $ 1400.00 Del 1° al 30 de septiembre $ 1500.00 Del 1° al 26 de octubre $ 1600.00 El día del seminario: (Si hay cupo) $ 1700.00

Información e inscripciones:

En las oficinas de me cayó el veinte con: 

Jacqueline Aguilera: jackie@mecayoelveinte.com Tel: (55) 55 41 09 96

Con los organizadores: 

Rodolfo Marcos-Turnbull: Tel: (55) 55-89-54-72. Correo: rodolfomarcos@mecayoelviente.com

Pola Mejía Reiss: Tel: (739) 39-50-326. Correo: pola.mejia.reiss@mecayoelveinte.com

Gabriel Meraz: Tel: (044) 55 -3199-2113. Correo: gmeraz@mecayoelveinte.com

María Inés Pérez: (Monterrey) Tel: (81) 83-56-19-90. Correo: mariainesperezlubrina@mecayoelveinte.com

Lucía Rangel H.: Tel: (55) 55-54-58-49. Correo: lucia.rangel@mecayoelveinte.com

Jaime Ruíz Noé: Tel: (044) 55-2713-4923. Correo: jaime.ruiz.noe@mecayoelveinte.com

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