Leopoldo Ma. Panero, vida-obra, en inseparable coyunda

La vida del poeta Leopoldo Ma. Panero (1948-2014) transcurrió bajo la lupa psiquiátrico-jurídica en los vaivenes de los cambios sociales y políticos de España, en la segunda mitad del siglo XX. Así situado, puso en juego, en inseparable coyunda, una peculiar forma de repuesta a dichos cambios con su escritura-su vida.

Si tomamos al pie de la letra una carta que escribe en 1976 a su amigo Antonio Blanco descubrimos que se abre en ella una dimensión que, como psicoanalistas, no podemos obviar. Esa carta manifiesta cómo con ciertos textos que repetidas veces acuden a su memoria, el poeta no reduce su vida a sus avatares socio-políticos y/o psiquiátricos, sino que realiza una particular subjetivación mediante   lecturas con las que intenta responder-se acerca de su vida misma. Esos textos son escritos psicoanalíticos, o más precisamente textos de Lacan. La carta dice así:

[…] “toda mi existencia no escrita es sólo un acto fallido cuyo secreto designio es el fracaso (“el fracaso, que recompensa su voto más secreto”)¸ de ahí las constantes meteduras de pata determinadas todas por una voluntad que me habla cuando creo hablar, y que unos llaman «destino» y otros «inconsciente» y otros “el codicilo que el esclavo lleva a un Amo desconocido sin saber que está ahí escrita la orden de su muerte”.[1]

Los entrecomillados corresponden a dos citas de Lacan. No es este un autor más en la multiplicidad de sus referencias : en las más de quinientas páginas de “Prosas encontradas”, Fernando Antón, su recopilador, destaca como “revelador” que Lacan y Freud sean los dos autores más citados por Panero.[2]

En la carta mencionada Panero lee su vida-no escrita con esos dos párrafos que reitera en otras ocasiones. El primero es un párrafo de “La cosa freudiana”, el otro,es una frase de “Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano”.

Si allí da una pista para situar su vida también él subraya la opacidad que encontrará el lector si pretende fácilmente descifrarla en su obra poética. En 1973 escribe así

Practicar el anásurma[3] frente a un espejo, sí, pero no frente a esa opacidad, lector, la tuya. Poco o nada de mi experiencia te interesa: quieres saber tan sólo de esa ficción que se creó por intermedio de otro, esa entidad llamada “autor” que te sirve para digerirme, esa imaginación pobre (“Leopoldo Ma. Panero”) que ahora devoran los perros. Hablemos pues de esa triste ficción del “yo”, lugar de lo imaginario.

En esa lectura opaca nos parece vislumbrar sin embargo un foco de luz, tenue como el de una vela: su relación con la muerte. Pero, ¿cuál muerte? se pregunta Lacan en “Subversión del sujeto”:“Pues no basta decidirlo por su efecto: la Muerte. Se trata además de saber qué muerte, la que la vida lleva o la que lleva a ésta.”

Y allí Lacan coloca una nota al pie:

“Aquí también se hace referencia a lo que hemos profesado en nuestro seminario sobre

“ La ética del psicoanálisis” (1959-1960) sobre la segunda muerte. Aceptamos con Dylan Thomas que no haya dos. ¿Pero entonces el Amo absoluto es efectivamente la única que queda?” [4]

Lacan-Thomas, otro punto de cruce con Panero que dedicó un texto a la poesía del irlandés. Lacan alude a uno de sus poemas más conocidos que tiene como ritornello la frase paulina : , ”And death shall have no dominion” (“Y la muerte no tendrá ya señorío”).

Haciendo nuestra la pregunta de Lacan, ahora la dirigimos a la poesía de Leopoldo Ma. Panero ¿de qué muerte se trata en esa coyunda entre su vida y su escritura?

[1] Fernández, J. Benito. “El contorno del abismo. Vida y leyenda de Leopoldo María Panero”.

Tusquets editores. 1996, p 207. Declaraciones de Mercedes Blanco.

[2]Leopoldo Ma. Panero, Prosas encontradas, Edición de Fernando Antón, ed. Visor,Madrid, 2014, Prólogo, p.15,

[3]Gesto femenino del anasurma, del levantarse el vestido y mostrar el sexo.

[4]Ecrits, “La subversión du sujet…”, Seuil, París, p. 810, note 1- En español, Escritos, t.1, La subversión del sujeto…”Siglo XXI, Bs.As, 1977, nota 8, p. 322.

Sin inscripción previa, el costo por reunión es de 300 pesos.