Una vida en obra: Idea Vilariño
Jornada
Fecha tope
21 noviembre 2020 - Montevideo
El amor,
sueño, glándulas, locura.
Idea Vilariño (Poesía completa, p. 42)
¿Podría aplicarse a la poesía de Idea Vilariño lo que ella dijo sobre Julio Herrera y Reissig, que estaba “creando una obra no contando su vida”? Luego de haber sido escuchada y leída con la idea de que lo esencial en su poesía es la autenticidad, la publicación de parte de sus diarios, ha generado un movimiento que interroga de otro modo esa autenticidad sin confesión que fue su poesía. ¿Hasta dónde sus anotaciones del Diario de juventud dicen aquello que la poesía velaba? ¿Acaso allí relató, en otro estilo, la misma historia? Los diarios, según Maurice Blanchot, son una forma de conjurar los efectos de la escritura. En la escritura habría una desnudez que el orden de los días oculta al amparo de una regularidad codificada. De hecho, el Diario de Vilariño que conocemos fue reescrito libreta por libreta. Ya no podrá saberse qué descartó o qué agregó, ya nunca sabremos de las diferencias entre el tiempo de escritura y el tiempo de la reescritura. Leer su Diario implica preguntarse si se trata exactamente de un diario o una memoria, o una autobiografía, o si está más del lado de una novela de aprendizaje o de iniciación, incluso, si no se trata de una ficción que no se reconoce como tal.
A Idea Vilariño, que se miraba en el espejo de Delmira Agustini, podría caberle el comentario de Carlos Vaz Ferreira sobre Agustini: “Cómo ha llegado usted, sea a saber, sea a sentir, lo que ha expuesto en ciertas páginas, es algo completamente inexplicable.” Ese enigma no era sólo de Vaz Ferreira, sino que ese desconocimiento de la mujer era parte de la mentalidad de mediados del siglo XX. Se podría decir que Vilariño le devolvió de un golpe esa interrogante al filósofo con una frase de su Diario: “Todos los hombres son pequeños para el molde imposible que forjó mi amor.” Ronda esta frase la figura del amor imposible, persistente como la Antigua Grecia. Y si bien en su Diario están descritos los síntomas que aquejaban su piel y su cuerpo, si en esas páginas pululan las inquietudes en relación a sus amantes, aun así, ¿acaso su poesía dice sólo de un desgarro que era el suyo? ¿La negatividad que expresan sus versos pueden reducirse a sus avatares personales?
Una necesidad de escritura llevó a Vilariño a trazar palabras en la arena de las orillas del Río de la Plata, aun sabiendo que eso escrito sería borrado por las olas, y que luego de borrado no podría ser recordado. Pero, ¿qué era la escritura para ella? Afirmaba, sin concesiones, que la poesía no debía ser leída como un texto sino escuchada como un canto. También en su prosa pueden descubrirse ritmos, y algunos fragmentos de su diario pueden leerse como poemas. Esa búsqueda de la musicalidad se hace presente en sus traducciones de Raymond Queneau y de William Shakespeare, o en su abordaje de las letras de tango. Para ella, la imprenta supuso una deformación que llevó a considerar que el arte de la palabra era para los ojos, no para los oídos. Incluso sospechó que en Mallarmé el poema era una forma gráfica. Su “oído absoluto” impregnó tanto su concepción de la poesía, que llegó a la novedad radical de las formulaciones y los análisis que pueden leerse en su libro La masa sonora del poema. Por encima del sentido, antes que las metáforas, sin los gastados artificios, el poema es, sobre todo, ritmo. ¿A qué apuntaban las escansiones de ese ritmo?
Desde los distintos registros de su escritura, “diarios”, poesía, crítica, ensayo, traducciones, en ese estilo tan cercano a lo coloquial, en ese despojo verbal que hace jugar el equívoco y arremete contra el silencio de lo que no se puede decir, la poética de Vilariño no tiene su fin en una edición de obras completas, reclama una interpretación casi en un sentido musical. Su vida y su obra, su vida en obra nos interroga. ¿Qué le hace la poesía a la existencia de alguien? ¿Qué escribe una existencia? ¿Hay tanta diferencia entre decir y escribir? “¿Hablar ya es escribir?” ¿Qué puede enseñarnos ese énfasis en el ritmo y en el canto? ¿Qué oídos buscaba Idea Vilariño? Y al fin, algo que importa al psicoanálisis, ¿qué escuchamos cuando “escuchamos”?
Bibliografía básica
Idea Vilariño, Poesía Completa, Cal y Canto, Montevideo, 2012.
Idea Vilariño, Diario de Juventud, Cal y Canto, Montevideo, 2013.
Idea Vilariño, El tango, Cal y Canto, Montevideo, 2014.
Idea Vilariño, La masa sonora del poema, Biblioteca Nacional Uruguay, 2016.
Idea Vilariño, De la poesía y los poetas, Biblioteca Artigas, 2018.
AA.VV., Idea Vilariño: La vida escrita, Cal y canto/Academia Nacional de Letras, Montevideo, 2007.
AA.VV. Revista de la Biblioteca Nacional N° 9, Idea, Montevideo, 2014.
Judy Berry-Bravo, Idea Vilariño. Poesía y crítica, Ediciones de la Banda Oriental, Montevideo, 1999.
Jean Allouch, “Hablar ya es escribir”, ñácate
Jean Allouch, Letra por letra, Edelp, Córdoba, 1993.
Anne Carson, Eros. El dulce-amargo, traducción Mirta Rosenberg y Silvina López Medin, Fiordo, Buenos Aires, 2015.
Bárbara Cassin, Más de una lengua, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2014.
Jean-Luc Nancy, A la escucha, traducción Horacio Pons, Amorrortu editores, Buenos Aires, 2004.
Sábado 21 de noviembre
Hotel Ibis, La Cumparsita 1473
PROGRAMA:
9.30 Acreditaciones
10 Apertura
10.15 Adrián Villalba “El aseo del muerto”
11.30 Marcelo Novas “… nadie sin nadie”
12.30 Corte
14.30 Julieta Lopérgolo “Esa fatalidad de verse desde lejos (o una intimidad imposible)”
15.30 Mayra Nebril “Idea Vilariño: la soledad como posición política”
16.30 José Assandri “El perturbador encanto de las sirenas”
Costo de la jornada $ 600
El cupo de asistentes será de 40 personas de acuerdo a los protocolos vigentes. Las inscripciones se harán previamente por Abitab en la cuenta Una vida en obra: Idea Vilariño, número 112769.
Contacto: elp.montevideo@gmail.com
La factoría
(José Assandri, Paola Behetti, Ana María Fernández, Julieta Lopérgolo, Mayra Nebril, Marcelo Novas, Adrián Villalba)
Todas las fechas
-
21 noviembre 2020