¿Y qué con la máquina Deleuze-Guattari?

Argumento

Si pensamos a Deleuze-Guattari como máquina de escritura, ésta no cesa de hacer sentir su potencia disruptiva, y no solo pero también, para un psicoanálisis que asienta a su crítica.

Publicado en 1972, El Antiedipo es un libro configurado de una escritura que en sí misma es acontecimiento. Flujo constante de voces plasmadas, pero no por eso unidad recogida en el nombre de un solo autor. No solo se trata de una forma inédita de escritura, es también una serie de objeciones y cuestionamientos no condescendientes frente a las piedras angulares constitutivas de una forma particular, pero hegemónica de concebir el mundo. Formas que van de lo molar a lo molecular y de lo molecular a lo molar, contrastando en su camino pesados conceptos tales como psique, sujeto, deseo, Edipo, inconsciente, sistema, ideología, entre otros.

El punto central es el familiarismo que se engendra y/o que se desprende del complejo de Edipo. Pero, no solo se trata de una crítica frente a la complicidad del psicoanálisis con el sistema, sino que también se pone contra la pared la noción de deseo que se constituye a partir de la falta; y su vinculación con el capitalismo. De esta manera acotan, trastocan y descomponen los abismos impuestos entre individuo y sociedad, adentro-afuera, psiquesoma, naturaleza-sociedad, hombre-mujer.

Cabe preguntarse a qué psicoanálisis se dirigen estas críticas. Hay quienes argumentan que, en todo caso, la enseñanza de Lacan queda incólume y que entonces habría que pensar que en realidad, existen muchas más similitudes entre ellos que diferencias. Un punto en el que queremos concentrarnos es el interés por los signos y su desarrollo. Interés que podemos encontrar en Deleuze, antes de la escritura del Antiedipo, en La lógica del sentido, texto donde se despliegan una serie de desarrollos lógicos en torno al sentido, que van de Lewis Carroll a los estoicos. La cercanía con los desarrollos en la enseñanza de Lacan no es menor, pero habría que tejer más fino para poder encontrar aquellos elementos en donde podemos ubicar las continuidades y discontinuidades entre ellos.

Así mismo, el campo llamado queer, acoge -sabiéndolo o no- las mil y una posibilidades abiertas por este agenciamiento escritural desde la puesta en crisis del familiarismo hasta lxs múltiples devenires posibles que fugan de cristalizaciones identitarias, cuales quieran que sean éstas.

Estos serán los temas y las inquietudes a partir de las cuales convocamos a esta actividad.