…no existió una política sexual unitaria. Freud y el dispositivo de sexualidad

Gonzalo Percovich 

Budapest lo preparó, Berlín lo ejecutó, Viena espera el éxito. Freud.[1]

Foucault afirma en La voluntad de saber que el dispositivo de sexualidad fue elaborado en sus formas más complejas e intensas por y para las clases privilegiadas, difundiéndose luego a todo el cuerpo social. Y en ese sentido, entiende que se vuelve muy dudosa la idea de un ciclo represivo, con un comienzo y un fin, sino más bien que no existió una homogeneidad en dicho proceso así como tampoco una política sexual unitaria. Su propuesta realza la aparición de sucesos disruptivos que conformaron ese tiempo de emergencia de la scientia sexualis. Pero ¿qué entiende Foucault por política sexual? ¿En qué consistiría la misma? ¿Se remitirá expresamente a la actividad y  difusión que los científicos del sexo se encargaron de promover? ¿O a una cierta  política de Estado, como guardiana del “bienestar sexual” de sus ciudadanos? La política sexual ¿hará referencia a la lucha de los activistas de las llamadas minorías sexuales de aquel entonces, los cuales bregaban por el reconocimiento de nuevas identidades sexuales? ¿O al accionar de los diversos movimientos feministas?  ¿Sería entonces aquella una cuestión acerca del género?[2].  Seguramente ninguna de ellas en exclusividad, en el entendido que formular la cuestión en los términos de “dispositivo” desarma cualquier respuesta unilateral. Así, Foucault afirma que no existió una política sexual unitaria.

La apuesta de trabajo para este año consistirá en sostener la pregunta si existió una política sexual en el psicoanálisis. Y si fuera el caso ¿podríamos afirmar que fue solo una? Cuando Foucault habla de dicha política ¿incluye en su planteo las polémicas instaladas al interior del movimiento psicoanalítico? Para explorar esta cuestión será imprescindible apreciar el tránsito dado por Freud y sus alumnos entre Viena y Berlín desde los comienzos del siglo XX hasta el ocaso de la República de Weimar. Así describía Stefan Zweig el ambiente berlinés de los años 20: “Miles de desocupados se arrastraban por las calles levantando el puño a los mercaderes y extranjeros que paseaban en sus autos de lujo, quienes compraban una avenida como una cajilla de fósforos […] Creo conocer bastante bien la historia, que yo sepa, pero nunca se había producido una época donde la locura haya tomado dimensiones tan gigantescas, una época que evocaba a ese extremo, un asilo de alienados. Todos los valores fueron alterados y no sólo en el orden material; todos se reían de las ordenanzas del Estado. […]Bares, parques de atracción, cabarets, tabernas […] Ni en la Roma de Seutonio se conocieron orgías comparables, bailes de travestis, hombres vestidos de mujer y mujeres con vestimentas masculinas, todos bailando bajo la mirada benevolente de la policía. Berlín se transformó en la Babilonia del mundo. […] Lo que habíamos visto en Viena no era más que un modesto y tímido preludio de ese Sabbat”[3] 

Los debates doctrinales acerca de la sexualidad -en el grupo analítico- no quedaron por fuera de las tensiones sociales de aquellos tiempos. Arthur Schnitzler, -quien estaba en estrecha relación con el círculo freudiano- estrena en Viena y Berlín su pieza de teatro La Ronda (Reigen) -donde describe las costumbres sexuales de los vieneses-  provocando tal conmoción que su permanencia en cartel llegó a debatirse en el Parlamento. Magnus Hirschfeld, médico,  dirigió la más influyente revista de la ciencia sexual (Jahrbuch für sexuelle Zwischenstufen), siendo el fundador, en Berlín, del Comité Científico Humanitario (Wissenschaftlich-humanitäres Komitee) en defensa de los homosexuales. La Ciencia al servicio de la reforma sexual. Hirschfeld  pasó a formar parte del círculo psicoanalítico berlinés para después abandonarlo. ¿Diferencias doctrinales? ¿Políticas sexuales inconciliables? Asimismo Wilhelm Reich, quien ingresa a la Sociedad Psicoanalítica de Viena en 1920, y siendo pocos años después el subdirector del Dispensario Psicoanalítico de Viena organiza varios centros de higiene sexual. Sobre la base de sus experiencias en Viena elabora una plataforma de política sexual. Ya en Berlín funda en 1931 la Asociación Federal Alemana para políticas sexuales proletarias (Deutscher Reichsverband für Proletarische Sexualpolitik) más conocida como Sexpol.  W. Reich será el exponente principal  de la tesis acerca de que la miseria sexual de las masas es efecto de la represión sexual. Su libro La Revolución Sexual es un documento inigualable para apreciar el clima de debate acerca de las reformas sexuales de la época. Su alejamiento de Freud y el grupo analítico era inevitable. Así como Reich habla de “la miseria sexual de las masas”, Freud se referirá a “la miseria neurótica de las masas”. En este contexto, Freud brega por la apertura del Instituto Psicoanalítico y la Policlínica de Berlín. Deja dicho emprendimiento en manos de Karl Abraham y Max Eitingon. Este desplazamiento de Viena a Berlín ¿fue una apuesta política? Es a través de la correspondencia de Freud con sus alumnos donde es posible apreciar qué estaba en juego en dicho desplazamiento geográfico. Finalmente: ¿habrá que leer en Tres ensayos la política sexual que Freud plasmó en sus escritos? Dedicaremos el año a explorar estas cuestiones.

Bibliografía

Jean Allouch.  Que serait une politique résolument lacanienne ? ou I have a comic dream.  www.jeanallouch.com

Gérard Blikman Reich l’impossible. L’unebévue 34. Revue de psychanalyse.L’unebévue éditeur. Paris. 2016.

 Collectif. On forme des psychanalystes. Rapport original sur les dix ans de l’Insitut Psychanalitique de Berlin 1920-1930. Denoël. Paris. 1988.

Arnold Davidson. La aparición de la sexualidad. La epistemología histórica y la formación de conceptos. Alpha Decay. Barcelona.2004.

Ralf Dose Magnus Hirschfeld. The Origins of the Gay Liberation Movement. Monthly Review Press. New York. 2014.

Michel Foucault. Historia de la sexualidad. 1- La voluntad de saber (1976). Siglo XXI. Argentina. 1991.

Michel Foucault. Los anormales (1974-1975). Fondo de Cultura Económica. Argentina. 2000.

Sigmund Freud- Karl Abraham. Correspondencia completa (1907-1926). Editorial Síntesis. Madrid. 2001.

Sigmund Freud- Max Eitingon. Correspondance (1906-1939). Hachette Littératures. Paris. 2009.

Peter Gay. Le suicide d’une république. Weimar (1918-1933) Gallimard. Paris. 1995.

Magnus Hirschfeld Le troisième sexe. Les homosexuels de Berlin. (1908). GKC. Question de Genre. GayKitschCamp. Lille. 2001.

Wilhelm Reich. La revolución sexual. Planeta Agostini. Madrid. 1993.

Wilhelm Reich Reich parle de Freud. Petite Bibliothèque Payot. Paris. 2012.

Eran Rolnik Freud à Jérusalem. La psychanalyse face au sionisme. Éditions l’Antilope.Paris.2017.

Volkmar Sigusch The sexologist Albert Moll- between Sigmund Freud and Magnus Hirschfeld. www.cambridge.org/core

Arthur Schnitzler La Ronda. Cátedra. Letras Universales. Madrid. 2016.

Gerhard Wittenberg, Christfried Tögel (editores) Las circulares del « Comité Secreto » 1913-1921. Editorial Síntesis. Madrid. 2002.

[1] Telegrama de Sigmund Freud a Max Eitingon del 14.2.1920, en el momento de la fundación de la Policlínica de Berlín.

[2] En la línea inaugurada por M. Foucault, se puede encontrar una interesante reflexión sobre el punto en Gayle Rubin  Surveiller et jouir .Anthropologie politique du sexe. (Vigilar y gozar. Antropología política del sexo) Les grands classiques de l’érotologie moderne. EPEL. Paris. 2010.

[3] Stefan Zweig De nuevo por el mundo en El mundo de ayer. Memorias de un europeo. Acantilado.España.2012.

Imagen: Autorretrato. Jeanne Mammen, Weimar. Berlín 1928.