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Revista

Me cayó el veinte, Nº 47: Weimar, el espíritu de una época

Noticia editorial

Noticias de guerra: Berlín tendrá un policlínico de psicoanálisis
Gonzalo Percovich

“El Zeitgeist está entre nosotros”
Pola Mejía Reiss

Sigmund Freud en su septuagésimo cumpleaños
Alfred Döblin

Dadá / Psicoanálisis: en la pista de Richard Huelsenbeck
Maximiliano Diel

Polyfollie entre Verlín y Biena
Marie–Caroline Heimonet

¿Por qué triunfa el fascismo? Una mirada (lejana) a Massenpsychologie des Faschismus de Wilhelm Reich
Rodolfo Biquez

En los dominios de Eros

Bilitis, ¿una Safo del s. XIX? Pierre Louÿs y las categorías antiguas de la sexualidad
Sandra Boehringer

El paradigma trans’
Laurie Laufer

Otra escena

Escena multiversal
Susana Bercovich

Reseña

Una risa silenciosa suspendida. A propósito del libro de Guy Le Gaufey La regla de tres foucaultiana. Un estudio estilístico
Marie–Claude Thomas

Noticia editorial

La palabra alemana Zeitgeist puede traducirse como “espíritu del tiempo”, aunque también como el “espíritu de la época”. Con frecuencia se dice que este término hace referencia al ambiente intelectual y cultural de un determinado momento histórico, pero quizá eso sea poco decir. Más que tratarse de intelectualidad, de lo que se trata es de cierta forma de espiritualidad (Geistigkeit). En efecto, este sintagma refiere más bien al espíritu vivo que impregna una época. Esto se condensa en lo que significó Weimar para la Alemania del periodo de entre guerras.

Como es sabido, la República de Weimar fue un régimen político y un período de la historia de Alemania, cuya duración se prolongó de 1918 a 1933. Fue una época marcada por la guerra, la muerte y el duelo, pero al mismo tiempo —o quizás justo por ello— por una singular vitalidad. Una vitalidad que quedó plasmada en muchas de sus manifestaciones: pintura, literatura, filosofía, etc. Más que un lugar geográfico, Weimar fue un lugar donde se dio cita algo del orden de lo desconocido, y que pasó a formar parte de la vida cotidiana de una manera insoslayable. El espíritu de una época que se extendió por Occidente y aún llega hasta nuestros días.

En su obra Erótica del duelo en tiempos de la muerte seca, Jean Allouch señaló que apenas se empezaba a ponderar la amplitud de los daños de la Primera Guerra Mundial, y en especial el quiebre que introdujo. En este mismo sentido, podríamos cuestionarnos: ¿se han dimensionado los alcances que tuvo Weimar para el psicoanálisis? Un periodo de mucha actividad espiritual, cultural, intelectual, artística, etc. Resulta imposible pensar que el psicoanálisis fue ajeno a las determinaciones e indeterminaciones de aquellos tiempos. Más aún, el psicoanálisis terminó formando parte esencial de esa vitalidad que, sin contraponerse a la muerte —tarea vana, como bien se sabe— supo hacer algo con ella.

Los artículos aquí reunidos giran en torno al espíritu de la época de Weimar. El psicoanálisis y los efectos políticos, pero también doctrinales, que tuvo la guerra; el arte, con la Neue Sachlichkeit, el expresionismo alemán, Dadá; la política sexual, que se jugó entre reformas y revoluciones; la presencia de lo neutro y lo desconocido, cuya incidencia no fue menor, son algunos de los elementos que se van dando cita en las páginas de este número, ofreciendo las coordenadas que permiten atisbar un lugar.

Por otra parte, los signos de estos tiempos ponen de manifiesto una disputa en los dominios de la erótica, como puede apreciarse en la manera en que Eros irrumpe bajo otros ropajes. La sección “En los dominios de Eros” reúne un par de textos que retratan algo de lo que sucede en la erótica, luego de algunos de los más recientes cambios que ha tenido el dispositivo de sexualidad moderno. Después, la lectura de un cuadro y un exvoto —conjunción de imagen y escritura que se ofrece como promesa o agradecimiento religioso— permite reconocer otra escena que no nos es ajena, la cual, si bien se manifiesta a su vez en el ámbito de la erótica, no lo hace sin remitir a una forma de violencia.

Este número se acompaña de la publicación de Releyendo el pequeño Hans de Darian Leader, incluido en nuestra colección TEXTOS DE me cayó el veinte. Como su nombre lo indica, se trata de una relectura de uno de los casos freudianos más importantes, a la luz de nuevos descubrimientos realizados por el autor, gracias a su acercamiento a los Archivos de Freud. Se trata de una revisión que pone en jaque nuestra comprensión habitual del caso —la cual se ha dado por sentada—, así como algunas de las elaboraciones teóricas que surgieron de Freud y Lacan.

Finalmente, queremos agradecer a Josefina Stoopen por permitirnos que su obra Mirada sobria (acrílico sobre tela, 100 x 80 cm., 2019) ilustre la portada de este nuevo número.

Nº 47 Weimar, el espíritu de una época
ISSN: 2007-2791
Páginas: 179
Precio: $ 400.00 MXN

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Cualquier duda o aclaración, así como para obtener información acerca de envíos internacionales, puede escribirnos al correo: jackie@mecayoelveinte.com

ME CAYÓ EL VEINTE, Nº 46: Dos analíticas del sexo

“Hay una relación con el sexo en cuanto el sexo está en todas partes donde no debería estar”
Jean Allouch

Resolución de una antinomia
George-Henri Melenotte

Un punto de vista más formal
Guy Le Gaufey

No se rían tanto de este pendejo, es una trampa
Danielle Arnoux

Ninfa danzante, ninfa amante
Rodolfo Marcos–Turnbull

István Hollós. El “diccionario” personal de un loco
Gloria Leff

Una salida al binarismo
Rafael Perez

¿De qué manera un rito de pasaje es la expresión social del deseo?
Charles–Henry Pradelles de Latour

Lecturas heterodoxas

No me buscarías si no me hubieras encontrado (de cómo Lacan conservó la sintaxis de una paradoja de origen agustiniano desplazando su sentido)
Sara Vassallo

Lacan y los estadounidenses
Darian Leader

El autismo, una vez fuera de su recinto patológico
Marie–Claude Thomas

Reseña

Gritos y susurros
Jorge Huerta

 

Noticia editorial

El 11 y 12 de junio de 2022 tuvo lugar en París el coloquio Deux analytiques du sexe. Analytique du lien, analytique du lieu [Dos analíticas del sexo. Analítica del lazo, analítica del lugar], organizado por la École lacanienne de psychanalyse. Fue una oportunidad para conversar, discutir y explorar la reciente localización de dos analíticas del sexo en la enseñanza de Jacques Lacan, una distinción propuesta por Jean Allouch que le pone fin a una visión unitaria de la sexualidad. Por lo tanto, una analítica del lazo (la de una sexualidad descarriada, del objeto a, de la fantasía) y una analítica del lugar (asentada en la inexistente relación sexual, integrada con lo neutro). Una no puede ser concebida sin la otra, pero ¿cómo se articulan? ¿Cómo entran en juego la una con la otra? Tales fueron algunas de las preguntas que orientaron los trabajos de los participantes.

En este número de me cayó el veinte se han reunido algunos textos deri-vados de las presentaciones que tuvieron lugar en dicho coloquio. En algunos de los textos se ha buscado indagar aún más al respecto de la distinción de estas dos analíticas —no sin levantar, en ocasiones, algunos cuestionamientos—, mientras que en otros se ha explorado, de manera heurística, las lecturas que éstas permiten. El lector podrá encontrar, entonces, un panorama diverso surgido de las dos analíticas del sexo.

Una sección titulada “Lecturas heterodoxas” reúne algunos textos que ofrecen perspectivas poco frecuentes, ya sea de la enseñanza de Lacan (como la relevancia que tuvo la obra de san Agustín o su relación con el psicoanálisis estadounidense), así como de algunos posicionamientos en torno al autismo. Son lecturas que se colocan en posturas distintas, en disconformidad con las aceptadas por cierta tendencia mayoritaria en el medio lacaniano.

Acompaña a este número la publicación del libro La regla de tres foucaultiana. Un ensayo estilístico de Guy Le Gaufey, en nuestra colección TEXTOS DE me cayó el veinte. Como su título lo indica, se trata de un ensayo que estudia algunos rasgos del estilo de Michel Foucault que, como el lector podrá percatarse, en ninguna medida son ajenos a las cuestiones y temáticas abordadas por el filósofo francés. Por el contrario, son rasgos que en verdad ofrecen un testimonio de su postura subjetiva.

Finalmente, queremos agradecer a Ilán Lieberman por su obra “Purificación por fuego” (Acrílico sobre masking montado sobre tela, 78 x 100 cm., 2021) que engalana la portada de este número.

Nº 46: Dos analíticas del sexo
ISSN: 2007-2791
169 páginas
$ 400.00 MXN

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Me cayó el veinte, Nº 45: Ello habrá tenido lugar, 2022

Nº 45: Ello habrá tenido lugar

El grado cero de la censura
Jean Allouch

Es
Pola Mejía Reiss

Cartas psicoanalíticas a un amigo
Jaime Ruíz Noé

Del Es al Id. Las dificultades de una traducción
Itzel Casillas Avalos

El Ello de Georg Groddeck: una aproximación psicofísica al ser humano
Esaú Segura Herrera

Breve reflexión sobre la omisión de una frase a la luz de la discusión entre Groddeck y Freud en torno al Ello
Helena Maldonado Goti

Michel Foucault: actitud crítica y Aufklärung
Humberto de León Pérez

De la erótica

¡Eros feroz! De Platón a Claudel
Danielle Arnoux

Nuevo amor, distinta razón
Marie–Claude Thomas

CODA

La escritura excava y traza un agujero
Lucía Rangel Hinojosa

 

Noticia editorial

Durante tres períodos, cada uno de diez reuniones (o un poco más), dos en Tepoztlán (2018 y 2019) y el tercero de manera virtual (2020), tuvo lugar un taller de lectura, propuesto por Pola Mejía Reiss, en torno a la invención del Ello. No había un plan preciso. Se contaba, básicamente, con el epistolario entre Georg Groddeck y Sigmund Freud (1917–1934) y una pregunta inicial: ¿a qué necesidad de Freud respondió su apropiación —muy particular— del Ello (Es) de Groddeck? Lo que ocurrió fue insospechado. Las cartas abrieron lecturas en múltiples direcciones, tantas que quedaron muchos cabos sueltos y algunos de ellos dieron lugar a los textos que aquí se ponen a consideración de nuestros lectores.

Una visión de conjunto de este recorrido podría tener un punto de partida en la influencia de Ernst Schweninger, maestro de Groddeck, así como de los filósofos idealistas, en especial Friedrich Schelling (al que Freud recurre primero en la Traumdeutung y luego en Das Unheimliche) y, necesariamente, a sus contemporáneos, los románticos alemanes. La marca romántica en Groddeck —tema de uno de los textos aquí presentados— fue la que lo llevó a rechazar la tan cartesiana separación entre el alma y el cuerpo.

Este tema, recurrente en el epistolario, fue objeto de discusión entre Groddeck y Freud. Para Groddeck, no se trataba de una distinción esencial; para Freud, en cambio, no había que renunciar a ella, sino discernir la incidencia de lo inconsciente en el cuerpo. El asunto, además, guardaba una íntima relación con las tesis de… Lamarck. De ahí la pregunta, ¿qué pudo tener que ver Lamarck con la invención del Es? Un Lamarck que, por cierto, no aparece mencionado como tal en la obra freudiana. De ese cabo suelto resultó una conjetura, que podrá leerse en el marco de una crónica epistolar del taller.

Cabe destacar, además, la relevancia lingüística para la conformación del Es. Antes del romanticismo de los siglos XVIII y XIX estuvo Lutero, primer unificador de la lengua alemana, y, dos siglos más tarde, Lichtenberg, quien inauguró la tradición del es denkt (ello piensa), la cual llegó hasta Nietzsche. De este cabo provino otro texto que encontró un punto de contacto con lo Neutro, tal como ha sido planteado por Jean Allouch: “Lo neutro viene a resolver cuestiones hoy en día (mal) planteadas”. Cuestiones que inciden de lleno en el ejercicio del análisis.

Los de Lichtenberg fueron los tiempos de la Aufklärung, la cual, aunque estuvo influida profundamente por la ilustración francesa, tuvo su particularidad en lengua alemana. Was ist Aufklärung? (“¿Qué es la Ilustración?”) de Immanuel Kant, mediante la lectura de Michel Foucault —recorrido que retoma otro texto en este número—, permite indagar sobre la presencia de Kant en la obra de Freud. De ello se extraen algunas consecuencias, como las que surgen de la revisión del manuscrito de Más allá del principio del placer, en el que Freud incluyó una frase que posteriormente censuró, y que tiene que ver nada menos que con Kant.

Pero también la Haskalá, la ilustración judía que tuvo lugar en Berlín paralelamente y en conjunción con la Aufklärung alemana, tuvo una incidencia en la obra freudiana. Una confirmación al respecto la ofrece otro de los textos aquí reunidos, donde se pone de manifiesto que, en algún momento en que se discutieron las traducciones de Es por Ello, por Ça, y por Id, algo que se puso en juego en la traducción al inglés fue, precisamente, la relación fonética (y, por ende, significante) entre Id y Yidd, es decir, judío en yiddish.

Este número también incluye una sección de textos que tratan sobre la erótica, tanto aquella que se desprende de la distinción de dos analíticas del sexo en la enseñanza de Jacques Lacan, y que se halla presente en la obra de Paul Claudel, como también la que se revela en el ejercicio analítico como obra de la transferencia, en contraste con los planteamientos que han buscado enfatizar un costado epistemológico. Last but not least, el número se cierra con una coda, una reanudación de la incidencia de la escritura en la obra de Annie Ernaux.

A la par de este número, se publica La capilla de la calle Blomet de Jacques Le Brun (1931-2020). Se trata de un relato que, más que autobiográfico, bien se podría considerar como heterobiográfico, en la medida en que el yo está ausente y el acento está puesto en la otredad.

Por último, queremos agradecer a la artista Lizette Arditti, quien nos ha permitido reproducir su pieza La montaña en velos (Acrílico/tela, 75 x 96 cm, 2021) como presentación visual y espiritual del presente número.

 

 

 

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me cayó el veinte No. 37: Agujeros del saber psi

CONTENIDO

Noticia editorial

Instituciones asilares y nosografía psiquiátrica: un jardín a la francesa

Dimitri Kijek

Prefacio a Daniel H. La modeste contribution d’un pâttisiere à l’équilibre terrestre de Joëlle Oury

Jean Allouch

“El carácter sagrado de la cosa juzgada […] ‘desequilibrado mental’”

Lucía Rangel Hinojosa

El trauma freudiano

Annie Tardits

MOCEDADES FILOSÓFICAS

¿Cuál y cuánta filosofía debemos suponerle al joven Lacan?

Jorge Baños Orellana

La conferencia perdida de 1931 de Jacques Lacan acerca del otro

Oscar Bouso Iglesias

Spinoza en el epígrafe de Lacan

Robert Misrahi

Por el camino de Jaspers y lo que Lacan encontró allí

Jaime Ruíz Noé

SOBREMESA

Mi cena con Jacques

David Hayman

Pero entonces, ¿dónde estaba el diván de Lacan aquel 16 de junio de 1975?

Marie-Claude Thomas

“… for Fullacan’s sake!”

Antonio Montes de Oca T.

PRESENTACIONES

Zona hermano. Una clínica del desplazamiento

María Inés Pérez

 

NOTICIA EDITORIAL

“Agujeros del saber psi” nos envía al siglo XIX cuando el discurso médico toma prestada la palabra τραύμα del griego como equivalente de lesión. Pero esa palabra significa también una herida, o un daño, como el de un agujero en el casco de un barco, o un golpe o una derrota en la guerra. Freud tuvo la perspicacia suficiente para detectar que el trauma era un una desgarradura. Lacan retoma la elaboración del trauma e inventa un neologismo: el troumatisme (que en francés condensa “agujero” y “traumatismo”) para designar el real del agujero y para abordar el recorrido analítico como algo que lleva a bordear, localizar y configurar ese agujero: un saber inconsciente agujereado. No se trata de bueno o malo, normal o patológico, sino simplemente de contradictorio, ficticio y precario. Se podría decir que ésa es la marca de una relación con el saber que se caracteriza por su discontinuidad y su singularidad.

Lacan, al escribir su tesis de psiquiatría, se enfrentó a las inconsistencias del saber “psi”. Supo colocarse como lector de filósofos: Spinoza, Jaspers, Husserl, entre otros. Luego, como psicoanalista, aborda otros saberes y, sin una búsqueda pro- piamente sistemática aunque no por ello sin dirección, reconoce una enseñanza en los equívocos, en los juegos de palabras, en las homofonías y en las letras. Aun en otras escrituras, como en la de Joyce, busca ecos que den sustento a sus planteamientos, a veces sin encontrarlos, como se puede leer en nuestra sección “Sobremesa”.

Muy otra es la posición del saber “psi” que se funda en el saber totalitario e impositivo que busca un sentido y que promueve la alienación del sujeto en un diagnóstico supuestamente científico, el cual insiste en condenar, de algún modo, al “enfermo” implicado a una desviación irremediable: etiquetado en su estructura misma como psicótico, el diagnóstico deviene constitutivo y, por esta vía, definitivo. Basta leer el testimonio de Daniel H. para darse cuenta de cómo ese discurso institucional lo colma de un saber que lo extravía e impide que dirija su mirada hacia sí, con las consecuencias trágicas que su historia consigna.

Acompañamos este número con un TEXTO de George Bernard Shaw, The Sanity of Art que, hasta donde sabemos, resulta una primera edición en español. La feroz crítica de Shaw a la “psiquiatrización” del artista resulta no sólo oportunísima sino, sobre todo, muy divertida. La proverbial ironía del escritor irlandés pone el dedo en la llaga: hay cosas —el arte, primero y su creador, después— de las que ningún saber “psi” puede dar cuenta en sus términos “técnicos” porque, además de que resulta superfluo —en términos de la apreciación del arte mismo—, resulta absurdo ligar su calidad al “estado” mental o a la moral de su creador. Nuestra ilustración de portada se debe a la generosa colaboración de la artista plástica Christa Klinckwort, cuya obra se ha presentado tanto en México como en el extranjero. Se trata de un grabado de impresión única (24 x 19.5 cm), y el nombre de la pieza es “Corazón”.

me cayó el veinte No. 36: Scripta volant

CONTENIDO

“Sin comentario”
Danielle Arnoux

Après coup y ya allí
Annie Tardits

Traducir a Lacan (¿por qué y para qué?)
Gabriel Meraz Arriola

Lacan, estilo(s) de los escritos
Bruno Vincent

Lacan, los jardines zen y la flor japonesa
Émilie Berrebi

No se sostiene
Jean Allouch

La ambición intelectual de los Écrits
Guy Le Gaufey

¿Santo de los cuerpos y de los escritos?
Emmanuel Pic

DOCUMENTO

Prolegómenos al “Breve discurso en la ORTF”
Monique Boudet

¿CÓMO SE ESCRIBE EL PSICOANÁLISIS?

Elogio del extravío
Gloria Leff

“Se puede bajar a pie”
Pola Mejía Reiss

La escritura cuesta
Jesús R. Martínez Malo

Aujeritos
Rafael Perez

¿Desde dónde se escribe?
Françoise Jandrot

¿Y si Dios fuera el lenguaje?
Susana Bercovich

 

NOTICIA EDITORIAL

El año 2016 marcó el cincuentenario de la publicación de los Écrits de Jacques Lacan. En noviembre de ese año, el suceso fue conmemorado en París con sendas iniciativas de la École lacanienne de psychanalyse. Por un lado, el coloquio “50 ans d’Écrits”, actividad que dio lugar a los trabajos que conforman la primera sección de este número. La pregunta presente en el subtítulo del coloquio: “En 2016, ¿qué es de los Écrits?”, encuentra respuestas tentativas y aproximaciones de diversa índole que ofrecemos ahora a nuestros lectores. En un arco que va del tono testi- monial al abordaje de sesgo erudito, los trabajos ofrecen también, a medio siglo de distancia, un conjunto heterogéneo de lecturas actuales de la única obra que Lacan publicara en vida como tal. Por otro lado, de manera simultánea al coloquio, la publicación del libro Lacan 66. Réception des Écrits, editado por Epel, conmemoró el cincuentenario desde otra perspectiva: la de la lectura de los Écrits en el contex- to de su aparición, brindando por primera vez una mirada que ilumina desde varios ángulos la pregunta sobre la lectura que recibió el libro de Lacan en el contexto y el ambiente cultural a los que perteneció, es decir, las lecturas de distinto orden y tono que recibió la obra por parte de sus contemporáneos.

Una pequeña selección de Lacan 66. Réception des Écrits constituye la entrega del TEXTOS de me cayó el veinte que acompaña este número. Como recordarán nuestros lectores, el principio de esta publicación es estar conformada por textos que, provenientes de la literatura y/o la filosofía, sean aferentes al contenido de la revista que acompañan. Así, uno de los principios que guió esta selección, fue el que se tratase de recepciones de los Écrits originadas en los ámbitos literario y filosófico. Hay que decir que son mayoría. Al igual que ocurrió con su tesis de psiquiatría, el libro de Lacan encontró sus primeros lectores principalmente fuera del ámbito “psi”.

La segunda sección de este número ofrece trabajos presentados, en abril de 2017, en el coloquio “¿Cómo se escribe el psicoanálisis?”, actividad itinerante de la École lacanienne de psychanalyse que se realizó, en dos diferentes momentos, en las ciudades de México y Montevideo.

Los trabajos aquí recogidos son parte de las intervenciones efectuadas en México. Una vez más, trabajos de tono distinto y diversa índole buscan dar respuesta a la pregunta que dio título al coloquio, pero siempre desde una perspectiva ajena a la de la presentación de “casos” y “viñetas clínicas”, que parece gozar de gran auge en el actual psicoanálisis lacaniano.

De esta suerte, cada uno de los textos presentados en este número concierne, de una manera u otra, a cuestiones de escritura, a la vez que cada uno fue parte de intervenciones orales que adquieren ahora un carácter de escrito; todo lo cual insiste en mostrar la tensión omnipresente —en el análisis mismo y en la enseñanza de Lacan— que hay entre la oralidad y lo escrito. Por eso este número lleva por título Scripta volant. Como algún lector recordará, se trata de la inversión del célebre adagio latino Verba volant, scripta manent (Las palabras van al viento, lo escrito permanece) que se evoca en un pasaje del “Seminario sobre ‘la carta robada’”, para afirmar exactamente lo contrario de lo que, en su tiempo, dijera Cayo Tito ante el senado romano. Decía Lacan:

Ojalá los escritos permaneciesen, lo cual es más bien el caso de las palabras: pues de éstas la deuda imborrable por lo menos fecunda nuestros actos por sus transferencias. Los escritos llevan al viento los cheques en blanco de una caballerosidad loca. Y si no fuesen hojas volantes, no habría cartas robadas.

Nuestra portada resulta engalanada con el collage Ronda infinita de la artista Rosa Velasco, a quien desde aquí agradecemos vivamente su aportación.

Me cayó el veinte, no. 35: Un día con los griegos (Estación Montevideo)

me cayó el veinte, no. 35: Un día con los griegos (Estación Montevideo)

ÍNDICE
Noticia editorial

Una locura de Goethe
Rodolfo Marcos-Turnbull

Enceguecedora Antígona
Sandra Filippini

Antígona y otras sorpresas
Gustavo Castellano

Una democracia sin cuidado de sí
Gonzalo Percovich

La invención de Grecia
Fernando García

Sócrates, la lýra y el aulós
Damian Baccino

Cada día… y bajo sospecha
Juana Inés Ayala

El dandi y la bailarina
Antonio Montes de Oca T.

DOSIER ARTAUD
Presentación

El despertar del Pájaro Trueno
Antonin Artaud

Pasiones histéricas en Artaud y Deleuze
Évelyne Grossman

El Dr. L.
Beatriz Aguad

La voz de Artaud contra d(D)ios: una revolución corporal
Gabriel Meraz Arriola

COLOQUIOS

De delirios y chamanes
María Eugenia Escobar

JORNADAS

Dejar caer a los niños
Jean Allouch

PRESENTACIONES

El embarazo de Freud
Susana Bercovich

Freud en el remolino
Gabriel Meraz Arriola

Tras bambalinas
Pola Mejía Reiss

 

Noticia editorial

Como apuntábamos en nuestra edición anterior, la iniciativa del Comité de Redacción de organizar una actividad que girase alrededor de “todo lo griego” que atraviesa nuestra labor editorial encontró un eco —sonoro, por cierto— en nuestros amigos y colegas del Uruguay.

Este singular “eco” derivó en la organización de una actividad que se llamó de la misma manera que la sostenida en México en agosto de 2016 y que da título parcial tanto a nuestro número anterior como a este 35 (que no deja de valer como cifra de celebración): Un día con los griegos. La jornada se llevó a cabo en Montevideo un par de meses después, el sábado 1 de octubre. En ella participaron como expositores seis personas, algunos miembros de la elp y otros invitados de diferentes campos, pero de nuestro absoluto interés. Los trabajos que ahí se presentaron están contenidos en estas páginas. Pero también, en nuestra sección central, incluimos dos textos más: uno de los que se presentó en México que no pudo publicarse en la ocasión anterior, y otro que también se hizo eco de la actividad en México.

Todo lo cual demuestra que se ganó la apuesta, que la actualidad y vigencia de los griegos como referencia de nuestra orientación mueve a muchos, a más de los que podemos imaginar; y tanto y de tal manera, que con este pequeño movimiento conseguimos —como alguien muy acertadamente nos lo señaló—una verdadera actividad de escuela basada sólo en el trabajo.

Hemos elaborado en esta ocasión también una sección que hemos titulado Dosier Artaud. La razón de su edición se encuentra en la Presentación de la misma, pero sin duda el motivo lo impulsa la inclusión de un texto de Beatriz Aguad, amiga de me cayó el veinte desde sus inicios. Sirvan también, el texto y la sección, como pequeño y sentido recuerdo de ella.

El texto de me cayó el veinte con que acompañamos la revista —es lógico suponer— está relacionado íntimamente con lo que ahora presentamos. Un “inédito” en español, una vez más. Se trata de un pequeño escrito de Hugo von Hofmannsthal, poeta, ensayista, libretista, en fin, un homme de lettres, que lleva por título simplemente Grecia. Junto con él también publicamos un Prólogo a la Antígona de Sófocles, escrita en verso blanco, que es una pequeña pieza poética-dramática. Ambos textos traducidos directamente del alemán por Pola Mejía Reiss.

Nuestra ilustración de portada no podía ir a la zaga de la entrega anterior, de tal manera que el maestro Arturo Rivera nos ha permitido la reproducción de otra de sus magníficas creaciones para realzar aún más nuestro trabajo. La pieza se titula Mirada de la medusa, 1989. (De la serie Historia del Ojo). De nuevo mil gracias a Arturo Rivera y a todos y cuantos participaron en Un día con los griegos, en México, en Montevideo y más allá.

 

Me cayó el veinte 34 Un día con los griegos Estación México

Índice

La catarsis de Lacan

Rodolfo Marcos-Turnbull

La sordera de Aristóteles o por qué los filósofos no entienden la poesía

Julio Hubard

Sócrates de cabeza

Antonio Montes de Oca T.

Sócrates entre Nubes y Ranas

Pola Mejía Reiss

Inspirarse en experiencias irrecuperables

Moisés Hernández Carrasco

DOCUMENTOS

Nota preliminar: Antonio Montes de Oca T.

La catarsis en Aristóteles, Bernays y Freud

Juan Dalma

ONIROCRITICON

Sueño y locura: peripecias foucaultianas

Gonzalo Percovich

Freud, el puerco y las trufas

Jaime Ruíz Noé

El sueño, un despertar que comienza

Jessica Bekerman

A PROPÓSITO DE NEGRO PERFECTO

Nota preliminar: Jaime Ruíz Noé

Interpretación e iluminación

Jean Allouch

TOPOLOGÍA

Para acabar con la esfera

Gabriel Meraz Arriola

CONTRA LA PSICOCRACIA

Leopoldo Ma. Panero, testigo y crítico de la “psicocracia”

Raquel Capurro

Stendhal: un seudónimo hecho síndrome

Jorge Huerta

 

Noticia editorial

En el verano de 2016, quienes formamos parte de la Editorial me cayó el veinte, organizamos una jornada de trabajo que, de manera aparentemente muy “natural”, dimos en llamar “Un día con los griegos”.

La idea había empezado a tomar forma cuando nos cayó el veinte respecto a la cantidad —se podría agregar: “enorme”— de textos que habíamos publicado desde el principio de nuestra labor editorial, pero más señaladamente de manera reciente, que tocaban, de forma directa o indirecta, lo que, para ser breves, llamamos “tema griego”. Bien que el asunto central se abordara tal cual en nuestros libros: Pequeñas lecciones sobre el griego antiguo, El acontecimiento Sócrates; bien que en muchos artículos se tratara de costado: “Perseo y la Gorgona: un apotropaion”; “La aporía de Freud”, “El espacio del cuerpo”, el asunto es que ese tema ha cruzado y cruza la vida entera de nuestras producciones.

Así, durante la jornada se presentaron varios trabajos, la mayoría de los cuales se pueden leer en este número. Otro efecto notable y no previsto de la iniciativa y que no podemos dejar pasar desapercibido, fue la respuesta de nuestros amigos y colegas uruguayos quienes tiempo después de nuestra actividad llevaron a cabo una similar cuyos trabajos serán publicados en el siguiente número. Esa voluntad uruguaya subraya que nuestra ocurrencia se conformó como auténtico trabajo de la escuela a la que pertenecemos.

Mención especial merece en esta ocasión el TEXTO que acompaña el número: se trata de un verdadero hallazgo editorial, que constituye una primera edición en español: Elementos del tratado perdido de Aristóteles sobre el efecto de la tragedia, de Jacob Bernays. La traducción original de esta obra, que requirió un formidable afán, la realizó Pola Mejía Reiss, a quien agradecemos de manera especial su es- fuerzo. Una pequeña crónica del origen del texto y un poco de historia sobre el autor, así como una nota respecto a las dificultades que implicó esta traducción podrá encontrarse tanto en algún artículo de la revista como en el texto mismo.

Mucho nos complace también recibir en nuestra casa la reconocida y admirada obra del maestro Arturo Rivera, quien en esta ocasión nos honra con La rosa de Ariadna como ilustración de portada. La obra del maestro Rivera se ha presentado en galerías y museos tanto de nuestro país como del extranjero. Agradecemos mucho la generosidad de su gesto.

A todos los que participaron en estas actividades, y en esta y las demás publicaciones “griegas” a lo largo de los años reiteramos nuestro agradecimiento: con ellas reconocemos la actualidad de la presencia griega y sobre todo su importancia para aquello que nos ocupa: el análisis.

Me cayó el veinte N° 33: Acontecimientos ínfimos II

Índice

Noticia editorial

La carne y lo divino
Laurent Cornaz

Posiciones del ateísmo
Jaime Ruíz Noé

¿Y qué con la locura?
Jesús R. Martínez Malo

Leopoldo María Panero, a modo de introducción
María Inés Pérez

Maldición de Edipo… ¿deseo de Freud?
María Eugenia Escobar Argaña
CONFERENCIA

¿Qué medicina para la locura?
Jean Allouch

DOSSIER SPY

La flecha que Lacan arroja a la filosofía
Rafael Perez

Una OPC del platonismo enloquecido por la oferta analítica
SPY

Tratado del crimamor
A propósito de Valentín de Juan Gil-Albert
SPY

Fragmentos de pase
SPY

Nota sobre el pase
SPY

Abrimos este número con el último texto que escribió nuestro amigo y compañero, Laurent Cornaz. Como siempre, se trata de un ensayo brillante que refleja dos de los rasgos presentes en su escritura: su atenta lectura y su capacidad para transmitirla. Sirva su presencia aquí como homenaje y rememoración.

El pasado número dejó, por su importancia y su actualidad, varios textos encima del escritorio, y ése es el motivo por el cual hemos decidido prolongar el tema en esta entrega. Nunca habíamos tenido un número II en nuestra propuesta porque quizá nunca, al menos con tal contundencia, se había presentado al respecto una coda de manera tan natural. El acontecimiento ínfimo, por otra parte, está presente en las vidas de una manera mucho más frecuente y nítida de lo que se cree y, por tanto, también en nuestra práctica.

Hemos incluido en este número un dossier : en él Laurent Cornaz publicó el artículo que ahora presentamos, pero hemos añadido otros textos relevantes. Esta revista de la tiene una característica fundamental: los textos no van firmados y se nos ha pedido que mantengamos dicho rasgo, con la excepción del texto inaugural de Cornaz, lo que hemos aceptado gustosamente.

En esta ocasión ilustra nuestra portada el grabado , 2012.

Me cayó el veinte, n° 31 : ¿Qué con la espiritualidad?
Me cayó el veinte 2015 / $ 280.00 MX

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Me cayó el veinte, n° 30 : Leer con letura
Me cayó el veinte 2015 / $ 280.00 MX

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Me cayó el veinte, n° 29 : ¿De qué transformación hablamos?
Me cayó el veinte 2014 / $ 280.00 MX

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